viernes, 15 de noviembre de 2013

¿Y los monstruos? por la Marietta


Yo no soy una gran experta en monstruos, aunque algunas cosas sobre ellos sí que sé. Tampoco soy una gran experta en escribir, aunque escribo un poco. Y tampoco soy la que mejor dibuja, aunque me gusta y hago lo que puedo. Ni experta en miedos tampoco soy, aunque muchas veces los he tenido.
Imágenes cedidas por la autora
Al igual que le pasa a Inés, hay muchos niños y niñas que les cuesta dormir por culpa del miedo. Y hay muchos miedos distintos que quitan el sueño a l@s más pequeños. Me atrevería a afirmar que los más frecuentes son el miedo a la oscuridad, el miedo a estar sol@ y el miedo a los seres fantásticos (monstruos, fantasmas, el hombre del saco, el coco...). Todos muy relacionados entre sí. Pero en fin, creo que en realidad, son todos miedo a lo desconocido.

Si aquello que no conocemos nos da miedo, la cuestión sería, entonces, conocerlo. Por ejemplo, pongamos que nos da miedo la oscuridad porque creemos que cuando está oscuro vienen los monstruos. Conociendo la oscuridad y conociendo como "son" (o podrían ser) los monstruos, un razonamiento lógico puede ser: Pero en la oscuridad no se ve nada. Entonces los monstruos no ven nada en la oscuridad. Si no ven nada no nos verán tampoco a nosotr@s, no se nos podrán comer, y se irán. Ergo: mejor mantenerse en la oscuridad.

Imágenes cedidas por la autora
Consiste en combinar la lógica, la información, la imaginación... y mucha paciencia. De todo eso trata la historia que se cuenta en el libro "¿y los monstruos?". Es un cuento que escribí e ilustré yo misma, y que me publicó una pequeña editorial catalana llamada Tramuntana, tanto en catalán como en castellano. El cuento trata de una niña con miedo de la oscuridad porque piensa que entrarán los monstruos en su habitación, y de un padre que una vez tras otra, tendrá que dar la vuelta a los temores de su hija, para que ésta decida apagar la luz y quedarse a oscuras sin miedo. Pero la niña (como todas la criaturas) tiene una imaginación desbordante, y no se conforma con una simple explicación. Pone a prueba el razonamiento y la paciencia de su padre: ¿y si los monstruos brillan? ¿y si los monstruos tienen poderes?... Pero si la niña tiene imaginación, el padre tampoco se queda corto. Le da explicaciones lógicas y comprensibles una y otra vez. Hasta lograr que a la niña no le importe quedarse a oscuras, y no solo esto... ¡hasta acabará queriendo que los monstruos vengan a verla!.

Imágenes cedidas por la autora
Supongo que al fin y al cabo, lo mismo que le pasa a la niña de la historia, puede ser aplicable a cada un@ de nosotr@s y a cada uno de nuestros miedos que, aunque seamos adult@s, podemos seguir teniendo. Que así como no dejan que la niña de la historia pueda dormir, a nosotr@s muchas veces nos pueden bloquear. La solución es la misma: analizar lo que nos da miedo, buscarle explicaciones e intentar darle la vuelta. Así el miedo se hace pequeño, y nosotros más grandes.
Porque no tendríamos que olvidar que los niños y las niñas son personas pequeñas... y nosotr@s, l@s adult@s, niños y niñas mayores. Pero todos funcionamos más o menos igual, aunque lo hayamos olvidado.

La Marietta

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