viernes, 25 de julio de 2014

Sopa fría: tomate y queso sin lactosa



Cuando Silvia compañera de Creative Food Band y autora del inspirador blog Miss Blank nos propuso el reto de este mes enseguida empecé a pensar en los productos de temporada que nos trae el verano.


Este mes vengo sola a la receta, sin Zaira, y quiero añadir a los ingredientes un poco de mi, de mi tierra y de mis recuerdos. Soy palentina de nacimiento y allí es bastante habitual el veranear en el pueblo. Mi padre es de un pequeño pueblo de la provincia de Palencia próximo a la provincia de Burgos, Quintana del Puente. 
Quintana es mucho para mí, allí tengo parte de mis raíces, allí viví mis primeros años de vida y allí conocí a mi chico, sí, sí, Raúl y yo veraneábamos en el mismo pueblo, aunque él sea de Cataluña, en el mismo pueblo pequeñito de la provincia de Palencia. 

El caso es que el verano en Quintana pasa lento y pausado, las sobremesas se alargan y las mesas se llenan de productos de la tierra ,ya que el que más o el que menos tiene un trocito de huerto en sus casas donde planta productos de temporada. Al escribir este post y buscar una receta que pudiera recordar este sabor de verano, de mi verano. 

He echado mano de los productos que provocan grandes excedentes en casa gracias a la huerta del tío Julián. En verano los calabacines, las judías verdes, los pepinos y los tomates invaden la cocina tras la visita de obligado cumplimiento a la huerta para regar. Así que en casa buscamos múltiples recetas para cocinar con los mismos ingredientes variando las preparaciones. Así que pasamos por la crema de calabacín, pisto a la bilbaína, calabacín rebozado, en libritos con jamón y queso o a la parrilla. El pepino aliñado, no falta nunca en la mesa y las judías verdes hervidas con patata al ajo arriero o en su versión con salsa tomate triunfan siempre en la mesa. 

El tomate nos cuesta un poco más, creo que en casa no gusta mucho porque no empecé a comer tomate en crudo hasta que no viví fuera. Así que al natural no es muy habitual encontrarlo en la mesa, a veces, tímidamente en una ensalada…pero sí que se embota para salsa, y esa jornada de “labor”, como dicen por mi tierra, se convierte en todo un ritual de los muchos que puedes encontrar en los pueblos de Castilla. 

El caso es que a mí me chifla el tomate, ese sabor que tiene tan a verano, la verdad que los tomates de la huerta del tío Julián ganan por goleada a cualquier tomate de los que puedes encontrar en los supermercados. Aprovechando a que esos tomates saben a lo que tienen que saber, a tomate, he estado buscando una receta fresquita y fácil para este verano y ¡la he encontrado!, aunque le he dado mi toque personal. Espero que os guste tanto como nos ha gustado en casa. La receta la he encontrado en el blog "El Comidista", soy fan, y esta es mi propia versión sin lactosa, para todos los públicos.


Ingredientes

800 g de tomate maduro
1/2 cebolla tierna
1/2 ramita de apio
200 ml de simil nata líquida de soja
100 g de queso rallado sin lactosa
3 o 4 ramas de albahaca
Aceite de oliva virgen extra
Azúcar
Sal

Preparación

Trituramos con la Thermomix la albahaca con el aceite de oliva, nos queda un aceite aromatizado increíblemente bueno que reservaremos.

Lavar los tomates, partirlos en cuartos y ponerlos en el vaso junto con la cebolla tierna y la rama de apio y un poco de sal. Triturar a velocidad 5 durante 10 minutos y 5 minutos pasando de la velocidad 5 a la velocidad 10. Probar y rectificar el punto de sal, si está muy ácido añadir una cucharadita de azúcar. Poner a enfriar el resultado en la nevera.

Calentar la nata sin lactosa a 100 grados durante 3 minutos, añadir el queso poco a poco para que se mezcle con la nata sin llegar a espesar mucho durante otros tres minutos a velocidad cuchara y 100 grados, sólo he necesitado 50 gramos de queso para conseguir la textura que quería.


Al servir poner dos cucharadas de la crema de queso y completar el plato con la crema de tomate. Finalizar con unas gotas del aceite de albahaca y ¡listo para disfrutar!. He de decir que preparar esta receta es un placer para los sentidos, los olores de los ingredientes, los sabores, como se combinan, es pura magia.

En la receta original al aceite de albahaca se le añade piñón para hacer una especie de pesto muy líquido y se decora con gamba a la plancha, yo he obviado estos dos ingredientes ya que con los productos sin lactosa ya se encarecía la receta y así es más apta para cualquier bolsillo.

Para la presentación me he inspirado en esas conservas de tomate que hacen en Quintana con el excedente de las huertas para todo el invierno. Para completar la presentación me he servido de una bandeja preciosa de UHAALA!, cerámica ilustrada. Esta maravillosa pieza me la he regalado por mi cumpleaños ;) y tiene el toque ideal para acompañar esta receta, algo único que me trae a la memoria las tardes de juegos de verano, mi infancia en Quintana que hoy despierta en mi una receta con sabor mediterráneo que acompañará los días del verano castellano.

Si aun os quedan dudas, probad esta sencilla y fresca receta, os va a encantar, ¡en casa ha triunfado! Como siempre podéis seguir todas las recetas de este tercer reto en Creative Food Band.

¿Has pasado veranos en el pueblo? ¿A qué saben esos recuerdos?
¡Feliz fin de semana!

13 comentarios:

  1. Me encantan la receta y las fotos... a ver si me pongo yo con la mía!!!! Un besito

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    1. Muchas gracias Ester! Deseando estamos de ver la tuya! Un besazo enorme

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  2. ¡Buenísima la sopa fría! Damos fe. Tanto que comimos y cenamos lo mismo, jeje.
    Esperamos la nueva receta. Besos!!

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    1. ¡Queremos las fotos y la experiencia en el Facebook de CFB!
      Muchas gracias y muchos besos Sonia.

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  3. Por supuesto que la pienso hacer!!! Y con tomates palentinos.. seguro que está de 10. Descansa y disfruta de tus vacaciones. Un beso

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    1. Claro que sí, anda que no están buenos...hoy he visto que hasta algunos los tienen patentados "miguelines" les llama. ¡A ver si nos vemos! Un beso

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  4. Qué pintaza Laura!! y qué de tradición con tus entrañables recuerdos que hacen la sopa mucho más sabrosa, si cabe!! y la bandeja de cerámica PRECIOSA! seguro que nadie se lo pensó dos veces cuando vio la presentación, en especial esa princesa :-)

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    1. Gracias María, la verdad es que está muy buena esta sopa disfruté cocinando y recordando. Y sí la bandeja es muy bonita...Un besazo para ti, tú chico y esa preciosa princesa.

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  5. Tiene una pintaza increíble!! Me la apunto y segurísimo que la hago, no me puede gustar más el tomate, el queso y sobretodo ese valor que has añadido, la añoranza del pueblo y esos sabores hortelanos!!
    Mil besos a las dos y disfrutad del verano!!

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    1. Gracias Yolanda, es que la tierra y la tradición tirán. Mil besos para ti también que el verano y el sosiego vengan cargados de buenas noticias.

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  6. No sé qué me gustaría más, si la sopa de tomate o perderme por esos campos. Mi padre también es de Castilla, concretamente de Zamora, y mis abuelos nos han enseñado siempre la importancia de una buena alimentación: el abuelo Julián va camino de los 101 con una salud envidiable :-)
    Un besote, arriba el tomate y felices vacaciones!!!

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    1. El otro día pensaba que posiblemente procedieras de Zamora, no sé por qué pero me acordé de ti ;). Es muy importante comer sano y los mayores saben de eso un rato. ¡101 años! Hay que estudiar la dieta del abuelo Julián.
      Un beso muy grande

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  7. Uy! Creo que mi comentario se perdió (definitivamente, no vuelvo a comentar desde el móvil :() La receta me parece fantástica, de hecho he vuelto por aquí para mirar los ingredientes (ya sabes que nos gusta el tomate y la albahaca ;P) y pasos exactos! A ver si sube un poquito la temperatura y la pongo en práctica.
    En casa también hay veranos castellanos (muy cerquita!!) aunque este año no hemos podido escaparnos me has trasladado a esos días pasados. (Ahora tengo más morriña aún de pueblo).
    Las fotos son increíbles y me gusta especialmente ese recuerdo a las conservas de tu tierra en la presentación.
    Un besazo!

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